Extraordinaria película que marca un antes y un después en la historia del género, como se ha visto de sobra. Ambientes claustrofóbicos, oscuros, que han copiado por doquier. Titulos de crédito que han imitado hasta la saciedad. Giros de guión que, para bien y para mal, han marcado a toda una generación de directores.
Los actores están perfectos, incluidos un muy sobrio Pitt y la historia, profana ella, te envuelve sin compasión. Además es de las pocas películas en las que, una vez descubierto el asesino, no decae para nada el interés de la visión; al contrario.
En resumen: de visón obligada