Hay algo que no me puedo quitar de la cabeza mientras veo "The Wrestler" y son los enormes paralelismos que encuentro entre ésta y "Rocky Balboa" la última entrega de la saga de Stallone. Comenzando por sus protagonistas, antiguas glorias que llevan mal esto de envejecer y que ven que fuera del cuadrilatero (esto vale tanto para boxeo como para lucha profesional) el mundo les es hostil y despiadado. Ambos intentan infructuosamente una relación con una mujer que les enganche al mundo, ambos tienen problemas importantes con sus hijos (aquí mujer allá hombre), ambos tienen contacto de una manera u otra con carnicerías, ambos tendrán que volver a subirse al ring para encontrar su sitio... Probablemente a Stallone le habría gustado hacer su film como está hecho ésta, probablemente sea mucho más fácil criticar "Rocky Balboa" y enaltecer "The Wrestler". Yo me encuentro en el punto intermedio, ambas son interesantes pero si a estas alturas no termina de deslumbrarme este flamante León de Oro es porque aunque bien construida, desgarrada, sucia, emcionante, no descubre gran cosa. Llega tal vez un poco tarde.