Entramos a las 11:00 y salimos a la 1:24 minutos del cine. Creo que es mejor mencionar el gran handicap de ésta peli: su duración, hasta el primer tercio, supone un producto de puro entretenimiento, sin fisuras ni dobletes. Scott demuestra que puede engendrar blockbuster multimillonarios sin despeinarse.

¿El problema? Que el director pierde fuelle cuando se trata de perfilar personajes y el drama. Vuelve a incurrir, aunque de forma mucho menos manifiesta, en los mismos errores de Prometheus: personajes superficiales con los que no logras empatizar. Todo se basa en una factura técnica impoluta, que se toma prestados elementos de películas como "Moon", (aislamiento en un entorno hostil), Gravity, (piruetas acrobáticas en el espacio) Interstellar, (parte de aquel reparto está aquí) y Náufrago, (el drama de un ser solitario sin esperanza). Es un mass-up muy bien realizado pero que no perdurará en el tiempo, en el currículo de un director tan genial, (Alien) como mediocre, (La Teniente O'Neil)

Scott debería haber huido del largometraje interminable que supone sus 142 min de metraje. No es comedido ni entiende de mesura. Resultando "The Martian" un producto como juegos a lo "Minecraft" o "Terraria": el crafting y la terraformación se reflejan formidablemente, pero como dice el dicho, "mientras el sabio apunta a la luna, el tonto mira su dedo". No le hubiera venido nada mal un lustre dramático y existencial a una historia de superación. No hay sensación de peligro a lo desconocido, porque pretende ser una aproximación realista a lo que sería una misión tripulada al planeta rojo, para luego cagarla con fantasmadas de parvulario, (Iron Man, el condón del transbordador, entre otros...)

Conclusión: entretenimiento efervescente, profesional y con pretensiones que se diluyen cual azucarillo en un café de las 7 de la mañana: te reconcilia con el día pero no te quita esa pesadumbrez de estar doblado el resto de la jornada.