Los momentos brillantes que se disfrutan en esta cinta, sobre todo aquellos en qué la música se hace dueña y luce resplandeciente, se conjugan con un guion relativamente poco interesante e interpretaciones con trazos poco inspirados, con algunas vocalizaciones difíciles de discernir y quizás con un montaje poco inspirado.

La película se deja ver e incluso tiene muy buenos momentos, pero tiene un problema principal:no acabas de empatizar con el protagonista, al que cuesta entender sus decisiones y sentimientos. Un poco te da igual lo que le suceda. Interesante la actuación de Marina Salas e incluso el curioso papel de Carolina Yuste, no tanto la de Àlex Monner, mientras que los demás personajes son poco más que de relleno, excepto el que interpreta Juan Diego y especialmente Lander Otaola.

Otro de los protagonistas de la película es Benidorm. Secun De La Rosa nos presenta este polo de atracción turístico con sus luces y sus sombras. Destaca la belleza de las imágenes que muestran amplios planos generales así como el sabor real que transmite, la diversión sincera e inocente en el interior de algunos locales musicales.