Esta no es una película redonda ni perfecta y tal vez eso sea parte de su encanto. La trama tiene bastantes aristas por pulir para resultar realmente envolvente, además de que algunos personajes están apenas esbozados y otros - como la mujer del protagonista- no resultan demasiado convincentes. Aún así a mí me resultó una muy grata sorpresa tras una temporada de sucesivos bodrios. Supongo que ello se debe en parte a lo original del argumento y también a la frescura y la entrega de los actores. Yo no me aburrí en ningún momento. A ratos me vi arrastrado por lo que ocurría en la pantalla, además de haberme reído con ganas en más de una ocasión. Javier Gutiérrez brilla con luz propia en su papel protagonista, pero la interpretación de Adelfa Calvo también es de las que no se olvidan. Excelentes también Adriana Paz y Tenoch Huerta, a pesar de las brevedad de sus respectivos papeles.