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El Criticón rating:
6
Action. Thriller When a korean terrorist mastermind kidnaps the President of the United States Asher (Aaron Eckhart) and holds the White House hostage, disgraced former Secret Service agent Mike Banning (Gerard Butler) finds himself trapped within the building. While the national security team attempts to respond, it’s up to Mike to use his experience and inside knowledge to help the security team take back the White House, rescue the President and take ... [+]
Language of the review:
  • es
June 29, 2013
2 of 2 users found this review helpful
Esta película debería haberse llamado “La Jungla de Cristal: objetivo Casa Blanca”, porque si sustituimos a un más que efectivo Gerard Butler por el bueno de Bruce Willis, la cosa hubiese quedado redonda. Aventuras “one man action” sin la mínima coherencia pero magníficamente rodadas. Si el espectador consigue escapar al vergonzante mensaje patriótico (o al menos obviarlo) " Objetivo: La Casa Blanca" se convierte en un magnífico entretenimiento mezcla de videojuego y comic de hazañas bélicas donde la idea más delirante siempre es posible venga del bando que venga... y en esta película hay ideas delirantes a capazos. Después de una (cuestionable aunque necesaria) introducción, a los quince minutos ya nos encontramos con el magnífico ataque a la casa blanca esta soberbiamente rodado con un exceso de absolutamente todos los elementos visuales y sonoros que el cine puede proporcionar para, a continuación bajar el tono y ofrecernos un espectáculo propio de Chuck Norris en los 80s. Y es que, a pesar de todos sus defectos (que son muchos), " Objetivo: La Casa Blanca" es simpática y resulta de lo más entretenida. Los actores están perfectos en sus respectivos papeles (el reparto es impresionante), la dirección es firme y tiene ritmo, su delirante guion avanza mejor de lo esperado y el espectáculo de ver a Gerard Butler clavando su cuchillo en cabezas, cuellos o piernas, entretiene más que convence. Una película palmitera, patriótica y surrealista. Pero si uno consigue escapar a todo eso, resulta un magnifico entretenimiento al más puro estilo años 80 o 90. ¿Qué le voy a hacer? A mí me ha gustado: soy culpable.
El Criticón
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