Si el original “Silent Hill” de Christophe Gans tenía mas aciertos que defectos, esta nueva entrega de la saga apenas tiene aciertos y está plagada de tantos errores que asusta. Solo la van a disfrutar los fieles al videojuego (o ni tan solo eso). Un despropósito sin pies ni cabeza que posee algunas imágenes turbadoras salidas del arte conceptual de la saga de videojuegos que pueden parecer interesantes, pero solo eso, ni tan solo los momentos mas intensos de la película consiguen interesarnos porque se impone la forma sobre el fondo y la forma está bastante mal conseguida. El guión es inexistente, los actores deambulan sin demasiado convencimiento y el ritmo es tan cansino que la siesta se impone por encima del espectáculo. Mala a rabiar. O eso o es que yo esperaba otra cosa. No, un momento, es mala a rabiar.