Cosmopolis se desarrolla durante un día entero en la vida de Eric, un joven millonario. Al inicio del día decide irse a cortar el pelo, a pesar de que su jefe de seguridad le indica que el presidente de EE.UU se encuentra en la ciudad, por lo que hay bloqueos en las calles y presas, lo que hace que cruzar la ciudad sea toda una odisea.

El film pasa la mayor parte del tiempo en la limusina que dispone Eric, espectacularmente bella y elegante, prácticamente es un mundo aparte, un lugar donde el personaje pudiente se aísla del resto de la población. En ese lugar recibe “la visita” de múltiples personajes, allegados a sus negocios.

Se habla de un poco de economía, de especulaciones y un sinfín de cosas más con poco interés. A su vez en la ciudad se van realizando diversas protestas en contra del capitalismo, lo que genera cierto caos. ¡Ah! Y también se encuentra con su esposa para desayunar, almorzar y cenar.

En fin, se presentan una multiplicidad de personajes sin un interés alguno real y poco contextualizados en el entorno de Eric. La película a pesar de su excelente estética no deja de ser un film aburrido, entre la cantidad de diálogos que vienen y van sin mostrar nada, y es que en la película pasa poco o nada de real interés.

El manejo del sonido es interesante, aunque se antoja poco natural, de lo mejor sin duda alguna la música, atractiva, no así la trama de la película. Sobre el final busca ponerse agresiva y meter un poco de acción a todo lo mostrado, pero nuevamente nada de nada, finalizando con una interminable secuencia donde nuevamente se habla más y más.