La película se centra en Michel (Martin LaSalle), un hombre del que no sabemos mucho, tiene a su madre enferma y ha decidido convertirse en carterista, pronto comenzará a especializarse en dicho arte gracias a unas amistades expertas en el robo.

Lo curioso de este personaje es que hace esto por placer, por la adrenalina que le da el hacer estas acciones, para estar por encima de lo moral y por ende de las demás personas, cuestión que transmite a través de su voz en off que nos va dictando sus pensamientos y sentimientos.

Relatada de forma fluida el film se centra en los robos, sabemos que está siendo investigado por algunos policías pero no se le da mayor énfasis, hay un personaje femenino llamado Jeanne (Marika Green) que está ahí nada más, pero que será de gran importancia.

La dirección de Bresson está muy bien lograda, la dinámica con la que se mueve la cámara entre los protagonistas y a la hora de los robos es perfecta, todo retratado de una forma bella. La musicalización del compositor Jean-Baptiste Lully es también acertada. Interesante, buena película.