Película que se desarrolla en un burdel con más de trescientos años de operar, se enfoca en la vida de las mujeres -prostitutas- que trabajan en este lugar, en un contexto donde las autoridades niponas buscan aprobar una ley para prohibir la prostitución, lo que trae consigo una crisis de clientes que afecta el funcionamiento del local.

Último largometraje de Kenji Mizoguchi, uno de los directores clásicos más importantes del país asiático, y quien falleciera cinco meses después de estrenado el filme con apenas 58 años de edad. Basado en la novela Susaki no Onna de la escritora Yoshiko Shibaki, cuenta con guion de Masashige Narusawa, quien le colaboró en varios trabajos.

Con apenas 85 minutos de duración, es realmente destacable ver como Narusawa logra compenetrar y desarrollar la historia de cinco mujeres dentro de este burdel, lo que pareciera ser un exceso de personajes, se terminan desarrollando de forma sublime, sus anhelos y problemas, los motivos por los cuales están en ese lugar.

Este es un punto positivo que también se consigue con la magnífica dirección de Mizoguchi, la mayoría del filme se desarrolla dentro del burdel, un espacio cerrado y limitado que es aprovechado al máximo por el realizador. Otro punto donde la cámara se enfoca en repetidas ocasiones es en la calle donde se ubica el burdel, lleno de luces, negocios, burdeles y mujeres, está muy bien trabajada para ambientar la trama.

La obra tiene un claro sentido humanista, fiel a su filmografía, Mizoguchi hace énfasis en las mujeres, tocando un tema arriesgado ya que la ley que se menciona en la trama, se buscaba aprobar en la vida real. El interés de ahondar en la vida de las mujeres ofrece un reflejo de la lucha que tienen día a día las mujeres que ejercen la prostitución.

Siendo este otro de los puntos valiosos del largometraje, la validez al día de hoy, primero las dificultades para conseguir un trabajo estable, las quejas a las autoridades por no ayudar en ese sentido, y lo más importante, con un final fortísimo, que este es un negocio que pareciera no tener fin, y que se van a estar renovando perpetuamente.