1957, en el contexto de la Guerra Fría. Rudolf Abel (Mark Rylance) un espía de la URSS es apresado en Estados Unidos, James B. Donovan (Tom Hanks) es asignado como su abogado, se busca que la comunidad internacional vea que se le trata bien y que tenga un juicio justo. Donovan intercede de buena forma, a pesar de lo mal visto que es por sus coterráneos, sus esfuerzos son en vano y Abel es acusado de espionaje.

Paralelamente a estos hechos, el piloto Francis Powers (Austin Stowell) es derribado en territorio enemigo cuando se encontraba tomando unas fotografías áreas, es por esto que el gobierno estadounidense decide enviar a Donovan a Alemania del Este a negociar en la embajada de la URSS el intercambio de prisioneros. La situación se agrava aún más cuando Frederic Pryor (Will Rogers), un estudiante universitario estadounidense es apresado intentando cruzar la frontera que divide Berlín. Por lo que el abogado luchará también por su liberación, por lo cual deberá negociar también con los alemanes del este.

Bridge of Spies es un trabajo visualmente espectacular, en especial la ambientación opaca y desoladora de las “alemanias”, en especial la del Este y efectos especiales espectaculares en una secuencia en particular. Cuenta con actuaciones acertadas donde sin duda el trabajo más sobresaliente es el de Rylance. Por su parte musicalmente la labor de Thomas Newman particularmente no siento que destaque mayor cosa.

El guion basado en hechos reales fue firmado por Matt Charman y los hermanos Coen, cuenta con tres líneas argumentales (aunque es claro que la primordial es la de Donovan) que no siempre se entremezclan, o mejor dicho, la situación del piloto y aún más la del estudiante son presentadas de forma pésima, a la ligera, casi como relleno para entablar al protagonista en las negociaciones. El film fácilmente se puede dividir en dos partes, la primera en el país norteamericano y la segunda su estadía en Alemania.

Los mejores momentos de la película recaen en la tensa situación de Donovan en Alemania del Este, en una situación difícil e incómoda, donde no aparecen subtítulos en las partes habladas en alemán, cosa que para los que desconocemos el idioma puede resultar un tanto inquietante. Aparte que la ambientación en este lugar, como ya hice mención se encuentra muy bien desarrollada.

Personalmente no podría considerar este largometraje como uno del género espionaje o de intriga porque ni una ni la otra, lo veo más cercano a un drama judicial explotado en el contexto de la Guerra Fría. He de reconocer un esfuerzo por intentar ensuciar aunque sea por encima el sistema judicial estadounidense y el trato sufrido por Abel. Bridge of Spies queda a medio camino, un trabajo aceptable en muchos tramos pero que queda lejos de ser una gran película.