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Pedroanclamar rating:
7
Drama In the east African enclave of Djibouti, the men of a small French Foreign Legion outpost spend their days practicing military drills, exercising and baking in the desert sun. Barely older than his soldiers, Sergeant Galoup seems to be the perfect Legionnaire: a brooding loner who runs his troop like a well-oiled machine -- that is until Sentain, a new recruit, arrives and threatens to upset the delicate balance of his world.
Language of the review:
  • es
January 16, 2020
7 of 7 users found this review helpful
Se agradece el riesgo, siempre. Que la directora francesa haya apostado por un largometraje con muy poco guion es un placer (riesgoso) que se puede dar un reducido grupúsculo de cineastas, principalmente de tendencia cinearte. Por lo general, en este tipo de película, se pretende que la forma hable por el fondo, puesto que las palabras, con referencias abiertas a la posmodernidad, no son la única forma de representación. Ese modo de exposición artística, que es absolutamente respetable y viable, le quita un grado de consistencia, tanto al arte como al argumento. El guion es un aliado de la forma, no un enemigo. Una palabra acompañada de una buena fotografía son un buen maridaje rico en evocaciones e interpretaciones.

Allí, a mi parecer, está la zona por la que flaquea la película. Porque lo demás, al menos en la dirección artística está bastante bien y propone muy claramente los marcadores para acercarse a los análisis e interpretaciones por parte de los espectadores.

Las dualidades, tan propias del estructuralismo, se manifiestan acá con la separación entre lo femenino-masculino y hombre-mujer. El protagonista, interpretado por Denis Lavant, que por cierto debemos agradecer su actuación, sobre todo por la magnífica escena final, pasa por una liberación no deliberada. Todo el mundo disciplinado de lo masculino (si nos remitimos a los esencialismos estructuralistas, para nada atingentes a estos tiempos, al menos en lo que se refiere a cuestión de géneros) se halla representado por militares hombres con cuerpos disciplinados, hecho que Foucault criticaría por servir las energías a un autodisciplinamiento y por un desgaste de energía, que a través de distintos ejercicios, de estiramientos, de fuerza, de resistencia, de agilidad, de rapidez, etc., revelan el absurdo detrás de aquello, les es como un modo de pasar el tiempo. Es más, cada vez que los yibutianos se cruzan con estos soldados franceses no hacen más que expresar una pequeña indiferencia mezclada con un atisbo de interés ante lo absolutamente estéril de sus trabajos.

La directora expone de forma notable ese absurdo masculino: el tiempo perdido en la disciplina, en el choque violento entre los cuerpos cuando ni siquiera hay un enemigo palmario al cual derrotar o enfrentar. Por contraparte se presenta el muy escaso mundo femenino, representado en la disco del pueblo. Allí los cuerpos se muestran distendidos, alegres, relajados, disfrutando. Si bien el protagonista se muestra celoso de uno de sus subalternos, sus muestras más cercanas al cariño se las expresa a su novia nativa, a la que le hace regalos. Es decir, el mundo de la mujer le da sentido a este mundo obsesivo de lo masculino. La escena final es totalmente representativa de lo dicho: Lavant relajándose, ya fuera del servicio, tributando su cuerpo al baile y a los movimientos ya no rígidos, defensivos, al acecho, sino al arte, al movimiento del cuerpo por emociones no masculinas.

En resumen, me parece una buena película, con una gran dirección artística y una impecable actuación de Lavant, no dejo de alucinar con su baile final. De hecho, toda la aridez de la película, metafóricamente como por sus paisajes, se hidrata con el baile final de Lavant. Sin embargo se queda vacía de guion, lo que es una pena. Aún así es un buen trabajo.
Pedroanclamar
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