Tremendo el impacto de mortero que recibí ayer con esta obra.
Con un guión asombroso de Fellini, tan imprevisible como deslumbrante, crudo y desesperado, una dirección soberbia a cargo de Rossellini y una Ingrid Bergman, madre del amor hermoso, cuajando la mejor interpretación que le he visto y una de las mejores que recuerdo. Sabía que la Bergman era una actriz superlativa, aún reverbera en mi retina la clase magistral de Sonata De Otoño, pero después de ver sus trabajos en Te Querré Siempre y en esta enormidad sólo puedo que rendirme a sus pies. El matrimonio con Fellini debió de inspirarla sobremanera. Parafrasearé las palabras de un compadre de nuestra web amiga por que dudo que pueda expresarse mejor: "El rostro de Ingrid Bergman es quizá de los que más fuerza y expresión denotan en cada secuencia filmada. Cualquier plano que incluya el rostro de esta gran actriz es entender, sin teoría, el concepto y significado de la interpretación en el cine. La angustia, el miedo, la culpa, la desesperación, y al mismo tiempo, la bondad, la alegría, y el amor son clases magistrales de las señas de identidad y sentimientos innatos del ser humano". Ahí lo llevas.
Inconmensurable.