Con mucha razón porque se lo merece. La maravillosa banda sonora de Nyman envuelve una muy bien ambientada película con un argumento impecable y unas interpretaciones magistrales para contarnos cómo las mujeres sufrieron un machismo vergonzante que llegaba hasta la mutilación sólo porque los machos europeos de la época victoriana,incluso en Australia, no podían cambiar su mentalidad. Hunter está tan maravillosa en la escena en que su marido le secciona el dedo y en todo el film, así como Keitel, que es una historia de amor conmovedora hasta la médula, con unas imágenes inolvidables. Es una de las mejores películas que he visto.