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Spain Spain · Móstoles
Samizdat rating:
10
Drama The time-bending South Korean drama "Peppermint Candy" unfolds in reverse chronological order to lend an aura of doom and despair to its tragic tale of innocence lost. The series opens in spring of 1999 as a bitter, dissolute businessman, Yong-ho, stands on a beautiful railway bridge and throws himself in front of an oncoming train. From there, the film travels back in time to reveal 20 years of Yong-ho's heartbreaking history, from the ... [+]
Language of the review:
  • es
December 9, 2011
15 of 17 users found this review helpful
Magnífica película.

La escena inicial es también la escena final, y el enigma que el espectador debe descifrar durante su visionado. El filme relata, en escenas que van retrocediendo cada vez más en el tiempo, la historia del suicida Yong-ho, de quien sólo iremos conociendo su pasado –y las razones de su suicidio--, a medida que la película avance. De 1999, año en que se sitúa la escena inicial, vamos retrocediendo progresivamente a fechas anteriores (1994, 1987, 1984, 1980, 1979) para descubrir acontecimientos que marcaron la vida del protagonista. Este «viaje a la semilla» es al mismo tiempo un recorrido por veinte años de la historia reciente de Corea, y permite explorar el trauma que para este país supuso la dictadura militar, con momentos terribles como la masacre de Gwangju (1980), en que cientos de estudiantes que se manifestaban contra el régimen fueron brutalmente asesinados. En este recorrido vamos conociendo facetas muy diferentes, incluso contradictorias, de la personalidad de Yong-ho, y descubriendo cómo su vida, al igual que la de su país, fue envilecida por la dictadura.

La película no se circunscribe a su dimensión sociopolítica; de hecho, para mí su principal atractivo es su lirismo y lo que dice sobre los sentimientos, sobre el paso irrevocable del tiempo y la conciencia del fracaso, sobre la nostalgia del primer amor y el recuerdo del sabor de los caramelos de menta que dan título a la cinta. Unos caramelos de menta que algo tienen que ver con el trineo de Charles Foster Kane y con la magdalena de Proust, aunque su sabor sea posiblemente aún más amargo...

«Peppermint Candy» es un viaje imposible a la inocencia juvenil que se perdió para siempre, asfixiada por la dictadura militar que rigió los destinos de Corea del Sur hasta 1987, pero también por la grisura, el tedio, el fracaso. La poco usual forma elegida para el relato encaja perfectamente con lo que se cuenta: la narración invertida no es un recurso gratuito, sino un instrumento eficaz para explorar las causas de la podredumbre, el origen de ese tren que recorre la película y termina/empieza arrollando al desesperado protagonista en la escena inicial.
Samizdat
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