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seagal4ever rating:
8
4.4
2,552
Action
John Hatcher (Steven Seagal) is a burned-out narcotics agent who resigns from the Drug Enforcement Administration after his partner is killed. He returns to his hometown and finds the city in the thrall of a vicious Jamaican drug gang, led by the nasty Screwface (Basil Wallace). He meets an old friend, now a high school football coach, who tells John about losing his best player and his 13-year-old nephew to drug overdoses. Soon John's ... [+]
Language of the review:
- es
February 3, 2010
19 of 21 users found this review helpful
Nos encontramos ante uno de los grandes clásicos del señor Seagal. El tiempo ha pasado muy bien por esta película que, contando con nada menos que 20 años a sus espaldas, es todo un escaparate de lo que el cine de acción fue en los años '80 y en los primeros '90; y especialmente, de lo que el cine de Seagal llegó a ser: héroes de dudosa moral, enemigos lo más cabrones posibles, pero, al mismo tiempo, inofensivos al enfrentarse cara a cara con el HOMBRE (interpretado por Seagal), altas dosis de violencia que se traducen en decenas de cadáveres que se agolpan en cada fotograma, brazos y piernas partidas con todo lujo de detalles, humillaciones en forma de golpes bajos y sucios... Y cómo olvidar la memorable escena de la muerte del villano final: no hay palabras para describir lo bestial, sucia y rebuscada que resulta, que ya comentaré con más detenimiento en la zona de los spoilers porque realmente merece la pena.
¿Por dónde empezar? Bien, comencemos por mencionar el marcado estilo ochentero del filme. La película es de 1990, y la influencia del cine de la década precedente es marcadísima. La banda sonora es una buena muestra de ello, y la presencia de caras reconocidas entre los secundarios lo confirma. El director Dwight H. Little está francamente competente. Pese a que no ha vuelto a hacer gran cosa en su vida, no puede negarse que logra imprimir un muy buen ritmo al guión y unos atmósferas muy acertadas. Del mismo modo, las escenas de acción destacan por la especial crudeza de las mismas. Al margen de la película que nos ocupa, merece la pena destacar "Rapid Fire" (protagonizada por Brandon Lee), otra obra del mismo cineasta que los fans del cine de acción recordarán con bastante agrado.
El guión es ciertamente lo de menos en estos casos, pero podríamos decir que la historia se centra en la venganza de Seagal (para qué poner el nombre del personaje, Seagal siempre es Seagal) contra un clan de jamaicanos que le hinchan las narices al susodicho cuando se meten con su familia. La venganza se traducirá en una sangrienta cruzada a través de los bajos fondos de la ciudad que llegará hasta las calles de Jamaica, y su objetivo final será una única persona: Screwface, el temido líder de la banda, un peligroso brujo que tiene atemorizado a todo el mundo, incluidos sus propios secuaces. Pero Seagal se encargará de que la única persona temida sea él.
¿Por dónde empezar? Bien, comencemos por mencionar el marcado estilo ochentero del filme. La película es de 1990, y la influencia del cine de la década precedente es marcadísima. La banda sonora es una buena muestra de ello, y la presencia de caras reconocidas entre los secundarios lo confirma. El director Dwight H. Little está francamente competente. Pese a que no ha vuelto a hacer gran cosa en su vida, no puede negarse que logra imprimir un muy buen ritmo al guión y unos atmósferas muy acertadas. Del mismo modo, las escenas de acción destacan por la especial crudeza de las mismas. Al margen de la película que nos ocupa, merece la pena destacar "Rapid Fire" (protagonizada por Brandon Lee), otra obra del mismo cineasta que los fans del cine de acción recordarán con bastante agrado.
El guión es ciertamente lo de menos en estos casos, pero podríamos decir que la historia se centra en la venganza de Seagal (para qué poner el nombre del personaje, Seagal siempre es Seagal) contra un clan de jamaicanos que le hinchan las narices al susodicho cuando se meten con su familia. La venganza se traducirá en una sangrienta cruzada a través de los bajos fondos de la ciudad que llegará hasta las calles de Jamaica, y su objetivo final será una única persona: Screwface, el temido líder de la banda, un peligroso brujo que tiene atemorizado a todo el mundo, incluidos sus propios secuaces. Pero Seagal se encargará de que la única persona temida sea él.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
La acción me parece sobresaliente. El nivel de violencia es el justo y necesario. Hoy en día parece más violenta de lo normal, pero es que estamos mal acostumbrados por el cine de acción actual, que parece hecho para no molestar a nadie (¡Ojo!, películas como las de Bourne -especialmente las de Greengrass- o "El caballero oscuro" me parecen formidables, pero en líneas generales creo que el género ha perdido parte de su identidad en favor de "lo políticamente correcto"). Deberían dejarse de gilipolleces de ese tipo en el cine y preocuparse de que sea en el mundo real donde se hagan las cosas bien y de manera políticamente correcta, pero en el cine creo que la violencia y lo hiperbólico nunca han hecho daño a nadie... La única manera de revivir estas dosis de violencia en la actualidad es a través de los videojuegos o volviendo a los clásicos de los '80-'90, donde hay grandes joyas aún por redescubrir.
Pero no quiero irme por las ramas. Este tipo de escenas de acción aceleran realmente el corazón. Ver cómo parten el brazo a un tío no es agradable, pero es que no pretende serlo. Las peleas no deberían de ser bellas ni coreografiadas (pese a lo cual no digo que gente como John Woo y similares sobren, para nada, lo bueno es que haya de todo), deberían de ser como son aquí: sucias y violentas. Si a un tío le das una buena hostia, lo menos que esperas es que grite y sangre. Vamos, creo yo...
Y qué decir del enfrentamiento final contra el segundo hermano. Espectacular. Al margen de ser especialmente intenso y reñido (algo sorprendente, porque normalmente Seagal siempre se carga a los malos sin que le rocen), la forma en que termina matando al segundo Screwface me dolió hasta a mí. Ver cómo le aplasta los ojos hasta el cerebro prácticamente, le parte la columna vertebral como si de un muñequito se tratara y le arroja por el hueco del ascensor hasta que un hierro le perfora el tronco no tiene precio. Es impagable. Inconmensurable.
En fin. Poco más que añadir. La película tiene sus limitaciones, sí. Pero si buscas ver una película de acción como debe ser, no puedes poner ni la más absoluta queja. Gracias a este tipo de obras recuerdo por qué me encanta el cine de Seagal, un tío al que se le puede criticar por muchas cosas, pero es el único que lleva más de 20 años haciendo cine de acción no recomendado para menores de 18, y eso dice bastante de él en los tiempos que corren... Mis respetos, Seagal.
Pero no quiero irme por las ramas. Este tipo de escenas de acción aceleran realmente el corazón. Ver cómo parten el brazo a un tío no es agradable, pero es que no pretende serlo. Las peleas no deberían de ser bellas ni coreografiadas (pese a lo cual no digo que gente como John Woo y similares sobren, para nada, lo bueno es que haya de todo), deberían de ser como son aquí: sucias y violentas. Si a un tío le das una buena hostia, lo menos que esperas es que grite y sangre. Vamos, creo yo...
Y qué decir del enfrentamiento final contra el segundo hermano. Espectacular. Al margen de ser especialmente intenso y reñido (algo sorprendente, porque normalmente Seagal siempre se carga a los malos sin que le rocen), la forma en que termina matando al segundo Screwface me dolió hasta a mí. Ver cómo le aplasta los ojos hasta el cerebro prácticamente, le parte la columna vertebral como si de un muñequito se tratara y le arroja por el hueco del ascensor hasta que un hierro le perfora el tronco no tiene precio. Es impagable. Inconmensurable.
En fin. Poco más que añadir. La película tiene sus limitaciones, sí. Pero si buscas ver una película de acción como debe ser, no puedes poner ni la más absoluta queja. Gracias a este tipo de obras recuerdo por qué me encanta el cine de Seagal, un tío al que se le puede criticar por muchas cosas, pero es el único que lleva más de 20 años haciendo cine de acción no recomendado para menores de 18, y eso dice bastante de él en los tiempos que corren... Mis respetos, Seagal.