Estando ambas cintas bastante al nivel, para bien, no alcanzo a entender muy bien cuál puede haber sido la motivación principal de Hans Petter Moland para remakearse a sí mismo.
Porque a ver, si al menos fuera guionista de "Uno tras otro" (2014), y hubiera obrado aquí en "Venganza bajo cero" reseñables cambios, pues vale. O incluso aunque no los hubiera hecho pero, siendo autor de la historia, se hubiera marcado un Haneke. Pero limitándose en ambas ocasiones el noruego exclusivamente a la parcela dirección, y siendo finalmente ambas películas, como ya he dicho antes, prácticamente calcos, no veo los motivos más allá de meter la patita en Hollywood. Motivo seguramente nada menor, desde luego.
En realidad los mayores cambios que me he encontrado como espectador de una película a otra han sido dos. Por una parte el saber de que va el percal. Cosa que creo juega a favor de obra, y más en una cinta que mezcla tantas y tan opuestas cosas. Y Liam Neeson como cabeza de cartel. Alguien que predispone bastante más que Stellan Skarsgård.