El guion es bueno, aunque algunos diálogos son poco naturales y a veces no aportan mucho. La historia es muy buena y retrata muy bien la trama de niños robados ocurrida en España durante el franquismo, desde la perspectiva de una de sus miles de posibles víctimas. La actriz protagonista ha sido un descubrimiento, al contrario que Lidya Bosh y Miguel Ángel Muñoz, cuya interpretación es forzada y decepcionante. El resto del reparto, bastante bien. Verónica Sánchez hace un papel notable. El ritmo, la ambientación y el trabajo de los personajes es aceptable. Le doy un 6,5.