Pixar está dejando una ligera sensación de decepción ante sus anuncios de secuelas innecesarias; tras el ejemplo de la segunda parte de Cars, realizan lo mismo con una de sus grandes joyas, Monstruos S.A. (2003).

Al parecer los jefes de este proyecto rebajan el tono para hacerlo más accesible al público infantil pero también rebajan la originalidad en las tramas y temas que dejan, ya vistos en otras cintas como el valor de la amistad, la superación (deportiva o no) o la aceptación de nuestras virtudes y defectos.

Una película que seguirá gustando mucho a los más pequeños pero que no dejará tan buena sensación en los que buscamos algo más, aunque algún gag y personaje crean momentos verdaderamente graciosos además del juego con los clichés que Pixar realiza.

Una película simpática y que se deja ver, con un buen diseño y con la transmisión de buenos valores clásica de las películas de animación, aún así, el peso de la excelente obra dirigida por Pete Docter la convierte en uno de los proyectos menos atractivos de la factoría Pixar en los últimos años.