Como no dar la máxima puntuación a esta espléndida serie que por supuesto tiene buenísimos y no tan buenos episodios. El brillante trabajo de unos guionistas que se inventan todo tipo de manías que solo son capaces de ser llevadas a cabo por otro actor genial como el señor Shalhoub que las convierte en creibles llevándolas al extremo de una apasionada actuación con todo lujo de detalles, que logra sacarte de quicio pero a la vez disfrutas con ellas. Cuando algo es brillante y genial, sobran las palabras, y aún más genial es incorporar en algún episodio a su hermano interpretado por otro gran genio como el señor Turturro que borda su papel, igual de maniático aunque en el fondo muy en sus cabales. Deberían hacer más series como esta en la que los guionistas se estrujan la mollera y donde los actores son eso, grandes artistas que logran hacer creíble lo más absurdo.