Con "Gravity" tengo un problema existencial que aún rumio pero al que no logro acabar de encontrarle respuesta. Es una película que nos cuenta una historia tan sumamente básica como sencilla, con un guión tan simple que parece escrito por un preadolescente y con una marcha tan corta como corto es el reparto elegido por Cuarón para dar vida a su ocurrencia. Es lenta, da vueltas a una misma idea una y otra vez, se copia a sí misma varias veces a lo largo de la historia pero a pesar de todo ello (lo cual debería cristalizar en adoquín infumable), la película ME HA GUSTADO.

Y es que "Gravity" no es una peli al uso de aquellas ambientadas en el espacio de las que podemos esperar grandes y largos viajes interestelares, enormes e iluminadas naves espaciales o salvadores del planeta Tierra de desgracias a gran escala, sino que aborda el lado más puramente humano relacionado con el miedo a la soledad y el aislamiento, el temor a la incertidumbre y el instinto más básico de supervivencia. Y todo ello se muestra recurriendo al punto más fuerte de la película, que es su preciosista estética, cuidada hasta el último detalle. Alfonso Cuarón se regodea una y mil veces en la plasticidad del momento, en el perfecto desequilibrio de la ingravidez y su magnífica tendencia al desorden, cuajando en un delicioso postre tan esponjoso que nos hará sentir que somos nosotros los que flotamos sutilmente por el espacio de nuestro salón. Se ayuda para ello en planos secuencia larguísimos (pocas películas pueden presumir de esta característica) como el que abre la peli y con el que nos presenta a los personajes para meternos de lleno en situación. Se sigue de otros planos secuencia algo más breves pero no menos útiles y vistosos. Esto, que puede matarte si no está bien contado, aquí cimenta las bases del poderío de la trama, resultando en un fascinante cuento que te deja tan satisfecho como relajado.

Pero si alguien piensa que se dormirá viéndola, que no se preocupe porque ahí quedan guardados momentos para el despegue y la tensión. Acelerones puntuales dignos de parque de atracciones para que te enteres que viajar al espacio no es un simple y soleado paseo dominguero por la orilla de la playa y que el más mínimo fallo de cálculo y el más tonto paso en falso, te pueden sentenciar a una lenta y aislada podredumbre en la penumbra que existe a tan solo medio metro de tu salvación.

La película habría ganado enteros si se hubiera escogido a otra actriz en detrimento de Sandra Bullock. Nunca me ha dicho nada especial esta señora con sus actuaciones. Me resulta inexpresiva, no acabo de conectar con sus interpretaciones y me aburre. Punto negativo. Una lástima. No obstante, si queréis daros un relajante baño y flotar sobre una blandita colchoneta en un mar tranquilo que de vez en cuando os haga llegar una ola con la que pegaros un revolcón, tenéis la opción de iros a una playa o bien ver esta película. Vosotros elegís.