Hay dos formas de trasladar una serie de televisión a la gran pantalla. Están las que, habiendo dejado mayor o menor poso dentro de la cultura popular, pasaron hace mucho tiempo a mejor vida, y generalmente son reinterpretadas, por medio de remakes o reboots, tal y como a los estudios les salga de las pelotas. Eso es justo lo que perpetró 20th Century Fox con su primer -y único, espero- intento de redefinir a las criaturas de Akira Toriyama con actores reales en 'Dragonball Evolution' (2009, James Wong), cuando la franquicia animada, por aquel entonces, dormía el sueño de los justos. Luego existe otra opción, menos arriesgada, consistente en mantener vivo el hype de un producto que sigue en antena -actualmente 'Dragonball Super' se emite en todos los rincones del planeta- por medio de una nueva aventura, situada entre diferentes temporadas, que da lo justo para cumplir el trámite de hora y pico con lo que los fans y adeptos reclaman -perdón, reclamamos- como perros hambrientos. O sea, ver cómo estos monigotes pelopinchos se arrean hostias como panes, experimentan transformaciones radicales y cambian el color de su pelo -a lo rubio platino Lady Gaga, rojo fuego Aramis Fuster o azul eléctrico Lucía Bosé- cada vez que incrementan su poder de 'guerrers de l'espai'. ¿Qué queréis? Me crié viendo esto en catalán y valenciano. Y sí, por supuesto que Marc Zanni y Joan Sanz Bartra son inamovibles, prestando sus cuerdas vocales a Goku y Vegeta, dentro del mejor reparto de voces que he conocido para este longevo culebrón galáctico. Formidable trabajo también, y no puedo creerme que vaya a decirlo, en un doblaje castellano que, por fin, cambia a sus protagonistas principales.
Bulma desea reunir las Bolas de Dragon para rejuvenecer 5 años, y así estar más mona sin recurrir a liftings ni molestas cirujías. Freezer desea reunir las Bolas de Dragón para crecer 5 cm y ser más alto. En el camino de ambos se cruzará el saiyajin Broly, rescatado de su exilio en un planeta inhóspito, y que es capaz de adquirir la fuerza de Ozaru sin transformarse en un simio gigante. Así que Vegeta y Goku -el reverso interestelar de Astérix y Obélix- deberán fusionarse de nuevo para plantar cara a la amenaza de Broly y su padre. El resultado es mucho mejor de lo que recordaba en 'Estalla el duelo' (1993, Shigeyasu Yamauchi), y no digamos ya en posteriores resurrecciones del hijo de Paragus. Más de 18 millones de dólares recaudados en Japón, y 54 en todo el mundo, hacen presagiar que todavía quedan muchos 'kame-hame-ha' por lanzar. Aquí la sala llena, por cierto. Y con adultos de 30 años (o más) armando más jaleo que niños y adolescentes.