8 años después de la original aparece esta remake de la que toma sólo la historia para degradarla hasta los niveles mismos del pésimo y decadente cine industrial yankie.

Si bien la historia es la misma, esta película carece completamente de elementos novedosos que la puedan justificar como remake mientras pierde, se olvida y desecha todo el arte de la original que está presente en su narrativa, su sistema de montaje, su guión y su dirección.

Si la original mexicana de 2011 deslumbró a muchos espectadores, muchos de ellos profesionales (periodístas y críticos) en por su manera de contar y su montaje en donde todo aparece como en un alocado "continuum" imposible e intolerable, trabajado como metáfora de la vida y esperanzas -efímeras y breves- de la protagonista, esta remake sólo puede deslumbrar por sólo una cosa: la desfachatez que se ha tenido al hacer una película tan mala.

Una muestra más del decadente cine yankie que parece que todo lo que toca lo degrada.

Tan mala es, que la supongo formando parte de la grilla de programación de Netflix que se especializa en tener este tipo de basuras.