La mayoría de series suelen tener altibajos una vez se acomodan en el mercado, algo que puede ocurrir con esta en algún episodio, pero por lo general, termina igual de fuerte que empieza, siendo cruda y fiel a sí misma. Un inicio de serie tan impactante puede ser arriesgado, pero si se realiza bien, el éxito está garantizado, y es algo que otras series posteriores han utilizado para enganchar al espectador desde el primer minuto de emisión.

Tiene un buen reparto con actores principales que han realizado otros papeles reconocidos, rodeados por unos secundarios de lujo en algunas temporadas (Glenn Close, Forest Whitaker o Alex O'Loughlin a destacar, aunque sean personajes de paso en la serie).

Está muy bien ambientada y muestra el otro lado de Los Angeles, el lado feo que implica luchas raciales, pobreza, bandas callejeras, corrupción y violencia. Tras su impactante inicio y primera temporada, pensé que todo iría hacia abajo, pero nada más lejos de la realidad; supieron aprovechar las ideas y oportunidades que tenían y producir tramas realmente atrayentes, llenas de suspense y acción. Cerrar una serie con tantas tramas y subtramas, bandos y personajes no es sencillo, y logran hacerlo con todos.