Shawn Levy es lo suficientemente inteligente para hacer una película llena de ilusión que convencerá al espectador casual y probablemente maravillará a los niños. Se basa en la idea de Toy Story, en que cuando no miramos las cosas son mucho más que simples trozos de trapo, cera o un montón de huesos. Si unimos eso con la imaginación de los niños nos encontramos ante algo perfectamente posible para sus mentes. Es como una película navideña sin dicha ambientación, noche en el museo es una demostración de recursos y un gratificante viaje rápido por la historia.

Pero no es todo oro en este museo dirigido por Ricky Gervais (que goza de uno de los peores doblajes que he visto en mi vida), porque el que intenta ser el argumento principal, ese del padre que intenta recuperar la admiración de su hijo frente a la nueva pareja de su ex esposa, está tan mascado que lo tenemos atragantado. Aquí vas a encontrar mucho de eso, mucho de "oh, papá, eres el mejor" y mil escenas del padre fallándole previamente. Demasiado barato y visto como para no señalarlo como un error. Creo que la película hubiera ganado más simplemente con la historia del museo, y si acaso, alguna historia paralela con excusa de llevar al niño al museo (su regalo de cumpleaños, por ejemplo). Cada vez que aparece el niño en pantalla cae mal, por culpa del propio argumento.

Recomendable y amena, al menos de cine familiar es de lo mejor que vas a encontrar. Efectos decentes aunque trama muy previsible (toda ella en general). Por lo menos sentirás que tu visita al museo no ha sido en vano.