Estamos ante una película mucho más simple y amena que Kairo. Doppelganger es fácil de entender y no esconde grandes misterios como la mencionada Kairo o laposterior Retribution, donde también nos encontramos con Kôji Yakusho.

Kurosawa presenta un thriller con un ritmo mucho más acelerado de lo que habitualmente muestra en el resto de sus películas. Un ritmo muy adecuado salvo en la última media hora, cuando se resuelve la parte del thriller en cierto modo y la película se convierte en un ejemplo más de ambición humana que va en perjuicio de su propio ser. Es una pena que el interés de la película acabe justo donde empieza esa segunda parte, donde todo se centra en ver quién se va a hacer con los derechos de la máquina que tantos quebraderos de cabeza causó al protagonista.

El planteamiento que Kurosawa realiza es curioso. De alguna manera trata sobre la búsqueda de la madurez absoluta, representando dos estados completamente opuestos que se enfrentan entre sí hasta que se fusionan para lograr el punto intermedio y la posterior paz interior, tomándose la vida de una manera mucho más relajada.

Película desaprovechada en parte, con un buen mensaje que parece que no da todo lo que podría dar de sí pero que tiene un ritmo tan plácido que no aburre. Un concepto original para una ejecución y película olvidables.