Un comienzo demasiado extraño para una película muy buena. Los primeros minutos tienen un punto cómico que acaban confundiendo demasiado al espectador, el cual se verá sorprendido por un drama que homenajea al fantasma de la ópera con bastante acierto.

Es curiosa la irregularidad de De Palma que no acaba de tener una filmografía estable, con películas extrañas que no acaban de pegarle y sin centrarse en un género en concreto. El Fantasma del Paraíso es de esas películas que logran un culto instantáneo, apoyado en parte por la contrapartida que supone el no haber sido precisamente un éxito en taquilla (excepto Canadá). William Finley está inmenso en el que sin duda es el papel de su vida, y Paul Williams es un villano bastante curioso. La que no está tan bien, más que nada por cómo canta las canciones que canta, es Jessica Harper.

A pesar de que uno no acaba de pillarle el truco al principio, el grueso de la película es lo suficientemente original y peculiar como para darle más de una oportunidad.