Películas de tintes dramáticos que transcurre en un único escenario repleto de motivos orientales, no solo en cuanto a su diseño si no a la cultura vertida de él. La linterna roja es, ante todo, una película de celos y envidias, donde todos los sentimientos que derivan de ese principal se ven expuesto. La traición, la desconfianza y la competencia desleal reinarán durante toda la película con un buen saber hacer por parte de Yimou.

Las actuaciones son adecuadas, acordes con la profundidad de personajes que Yimou imprime, además, se consigue transmitir esos climas fríos en relación a situaciones desagradables durante la película en contraste con otros momentos no tan dramáticos (los cuales son realmente pocos). La música, tradicional en su totalidad, acompaña sabiamente a la película y existen en ella suficientes razones argumentales como para ser una película a tener en cuenta, a pesar de que no todos serán capaces de aguantar un ritmo un tanto pesado en ocasiones que hace que parezca que nada ocurre cuando realmente han pasado un montón de cosas.