Dejando de lado que, prácticamente, no escarba en las esquinas más oscuras de la biografía de Queen, en general y Freddie en particular, y a pesar del extraordinario papel de Malek y la excelente caracterización de May, Taylor y Deacon, a la película le falta frescura y magia. La cronología no es exacta en muchos momentos y, teniendo en cuenta que May y Taylor como asesores y productores, está claro que existen multitud de licencias creativas desarrolladas con fines dramáticos y que difieren de la historia real. Quizás pueda ser este dato, para los que somos más seguidores de la banda, lo que no deja de chirriar en casi cada pasaje. O tal vez sea lo poco "aseado" de los efectos especiales y los cromas que restan amplia frescura a las escenas de la banda en directo. Su nota justa sería un 6,5, pero no me atrevo a darle un notable. Si uno ve el documental The Great Pretender y aquellos 20 minutos mágicos de Wembley, entederá porqué.