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Komond Deckard rating:
3
Drama Unable to cope with a recent personal tragedy, LA's top celebrity shrink turns into a pothead with no concern for his appearance and a creeping sense of his inability to help his patients.
Language of the review:
  • es
January 23, 2010
5 of 8 users found this review helpful
... patada en los cojones.

Tu empiezas la película con el típico profesional que para los demás (supuestamente) bien, pero para sí mismo no se aplica lo que predica, y para acabar, el director y guionista te dan una patada en los cojones.

Imagino que el único motivo por el que un actor como Kevin Spacey se decidió a protagonizar y producir este producto fue lo morboso de un especialista con problemas personales en su propio campo, que es algo que muchos actores deben adorar porque los fracasados siempre dan juego, salvo en casos como este.

Un psicólogo famoso y de famosos que no tienen "problemas de verdad", en Hollywood, que lleva años destrozado en el plano personal por un acontecimiento traumático, se pasa el día colocado y escribe libros de autoayuda que ni el mismo se traga. Ante esto, su padre también psicólogo le da un caso de una joven (Jemma, sí, con J) con un problema serio y que puede ayudar a su hijo tanto como a ella. La forma en que nos lo cuentan y las situaciones a las que da lugar te dejan de importar a los cinco minutos de conocer a cada personaje, quizás con la ligera excepción de Jemma.

Las relaciones entre ellos se notan forzadas porque no llegas a ver cómo pueden dar lugar a las emociones, confesiones y acciones que se producen cuando no se conocen en absoluto y parecen provenir de "la nada" ("la nada" es el deseo del guionista de que pase algo sin tener ni la más mínima idea de como plantearlo). Los clientes por cierto, pasan de no conocerse en absoluto a conocerse accidentalmente uno a uno, por casualidad, a veces por interés para la historia y otras por simple capricho de guionista ("bah, no hacía falta, pero es que me hacía gracia que al final todos coincidieran alguna vez en plan efecto mariposa").

Francamente olvidable, ni siquiera los buenos actores son capaces de sacar a flote unos personajes sin vida.
Komond Deckard
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