Me fastidia tener que escribir una mala crítica a una película de Alfred Hitchcock pero no me queda más remedio. Soy un enamorado de sus thrillers, de sus intrigas, de ese suspense que me genera una angustia en el cuerpo cada vez que veo alguna de sus películas, pero eso no me ha sucedido esta vez. No sé porqué pero no me ha enganchado en ningún momento la película.

Que decir tiene que la pareja protagonista es indudablemente el atractivo más grande de la película, de hecho congenian muy bien en pantalla, el feeling es innegable entre Cary Grant e Ingrid Bergman, pero poco más. Las escenas de Bergman son, como casi siempre, perfectas, pedazo de actriz era la sueca, de las mejores sin duda alguna; la mirada que transmitía esa belleza que tenía, te enamorabas perdidamente de ella en pantalla.

Me parece que el gran problema de la película es principalmente el guión, la idea es bastante ridícula, una célula nazi escondida en Río de Janeiro, donde esconden plutonio en unas botellas de vino, me parece que no hay por donde cogerlo. Además, los supuestos espías de la CIA son más bien de segunda fila... o de tercera, porque madre mía, menuda manera de espiar. En ella vale, de acuerdo, es novata y comete errores de bulto, pero los demás? si parece que están de vacaciones tomando unos whiskies por ahí. No lo veo claro.

Es indudable que la película se salva porque Hitchcock es un director excelso, con una forma de rodar única, esos movimientos de cámara realmente asombrosos, pero sinceramente no veo ese suspense que genera en el resto de sus películas por ningún lado. De hecho la película se vuelve monótona y lenta, ese amor bastante irreal entre los protagonistas, así de buenas a primeras, que no se cree nadie.

Al fin y al cabo la nota es buena porque la película está muy bien rodada, las secuencias son sensacionales, el montaje maravilloso; pero claro, cuando te esperas mucho de una película, la mayoría de las veces te sientes un poco decepcionado cuando no ves cumplidas tus expectativas.