Pero que sea de otra época no significa que sea malo, ni mucho menos, este film cuenta los pormenores de un hotel llamado St. Gregory que todavía mantiene las costumbres antiguas en donde el huésped por lo general tiene razón. Veremos las distintas situaciones de cada uno de los personajes que lo habitan (una duquesa y su esposo, un detective, un ladrón, etc). El mismo presenta dificultades económicas que obligan al propietario (el malhumorado pero entrañable Melvin Douglas) a tener que venderlo, apareciendo varios compradores con distintas tácticas y ofertas para lograr su cometido. Entre ellos un millonario que tratará de apoderarse del mismo sin importar el accionar. Dentro de las actuaciones se destaca ese gran actor australiano, poco valorado por Hollywood, como fue Rod Taylor componiendo a la perfección al gerente que con maestría y educación resuelve todos los problemas que diariamente surgen en el lugar. Para ver.