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vircenguetorix rating:
6
Adventure. Romance In 1465 Quentin Durwood travels to France to meet Isabelle, Countess of Marcroy, on behalf of his elderly Scottish uncle whom, for political reasons, the Duke of Burgundy intends she marry. A man of honour who may have sworn too many oaths, Durward finds he and Isabelle being used as pawns in a deadly game by the Duke and devious King Louis XI. One look at Isabelle has convinced Durward this is where he and his heart have to be.
Language of the review:
  • es
August 21, 2007
25 of 32 users found this review helpful
Igual que existen los westerns crepusculares también existen las películas medievales crepusculares y como uno de los ejemplos característicos tenemos “Las aventuras de Quentin Durward” –aunque mi favorita es “El señor de la guerra”- que supone la última y la más floja de la trilogía medieval que el dúo de director-actor o lo que es lo mismo Thorpe-Taylor dirigieron e interpretaron a lo largo del primer quinquenio de los cincuenta.

Aún así, guarda suficiente encanto y sabor para que se la eche un vistazo, ya que como digo la historia basada en la novela de Sir Walter Scott –aunque esta en realidad es muy larga, publicada en tres volúmenes- nos lleva a un momento histórico, el siglo XV, que la pólvora comienza a imponerse paulatinamente a las armas de metal y el valor queda cada vez más en entredicho. Y no solamente las armas de guerra, sino los valores medievales se van perdiendo, así como sus armaduras y forma de cortejo hacia las mujeres y de vida al fin y al cabo.

Y aquí es cuando un caballero escocés por nombre Quentin Durward, el último de su especie, maravillosamente anticuado, tiene que ir a Francia a cumplir una misión encomendada y vivirá un sin fin de aventuras en el país galo con romance incluido como no podía ser de otra forma.

Pero desgraciadamente la película es demasiado plana y muchos actores carecen de la fuerza necesaria. Sobre todo la protagonista femenina Kay Kandall, una actriz de tercera fila, que no consigue encandilar al espectador y mucho menos a Robert Taylor.

La película copia algunas escenas de “El principie valiente” de Hattaway estrenada un año antes, aunque a su vez también servirá para inspirar a la célebre “Los vikingos” de Richard Fleischer posteriormente. Me refiero sobre todo a la magnífica escena del duelo del campanario, que es espectacular y bello.

Recomendable a fin de cuentas por todo lo anterior dicho, y además por los buenos exteriores rodados en Francia y en Inglaterra y porque las historias en la corte de Luis XI siempre son interesantes, aunque aquí la intriga política está deficientemente contada.

Y como no, también porque a muy pocos les han sentado las armaduras mejor que a Rober Taylor.
vircenguetorix
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