Esta película viene engalanada por bellísimas voces. Como todos saben Beyoncé y, sobre todo, Jennifer Hudson tienen una impecable tesitura. De hecho la palabra se les queda corta para describir lo que Hudson hace con su voz. Es una bendición escuchar a esta mujer surgida en Chicago y producto de American Idol. Vaya producto, ¡wow!
Pero la película termina siendo solo eso: ver a Jennifer Hudson lucirse, verla magistral, verla brotar en el inicio del siglo veintiuno. Me suena que más allá de la película, aquí lo que hubo fue un aprovechamiento de lo que es la voz de esta mujer para el mercado cinematográfico. Eso no está mal, ocurre todos los días; sin embargo, el drama y las caracterizaciones de este filme quedan muy por debajo de lo que logra la voz de Hudson, lo que hace que como conjunto la película no logre ser tan impactante como quiere serlo.