El simple hecho de que esta película (?) incorpore en el título la expresión "Blade Runner" y la relacione con la homónima de 1982 de Ridley Scott es una broma de mal gusto.
Esfinge-Runner 2049 (que es un ejemplo de cómo debería llamarse este bodrio) pasea a K-Gosling como un alma en pena en busca del guión perdido.
Como suele ser habitual en estos tiempos que corren, el guión o historia subyacente a ser comunicada es una mera pantomima al servicio de la filmación efectista, del CGI, de la tecnología audiovisual, de esa patraña tecnológica que se ha adueñado de la industria del cine y que prescinde completamente de un relato coherente que transmitir al público.
Esta larguísima recreación de un mundo distópico futuro, de bella fotografía y lamentable banda sonoria (Zimmer, en este particular caso la has cagado pero bien, bien) es tan emotiva como la carita de Ryan Gosling durante toda la filmación, es decir, de 0 Absoluto.
Mención aparte merece lo de Harrison Ford; parece que este hombre se ha entregado intensamente a cargarse todo por lo que fue conocido y admirado; Indiana, Star Wars...y ahora Blade Runner. Participar en sus "secuelas" para aportar una agria imagen de sí mismo a lo que en su momento fueron películas o series memorables. ¿Por qué, por el Amor de Cristo Crucificado? ¿Por dinero?. Probablemente ya tienes más de lo que podrías gastar en esta vida y en otra que tuvieras. ¿Entonces?

Si en algún momento adquieres un BluRay o DVD de este engendro llamado "Blade Runner 2049", mi sugerencia es que lo pongas a doble velocidad; tanto la imagen como el sonido ganarán enormemente en calidad, humor e intensidad y tu pesadilla durará la mitad de tiempo.
Salud