La clásica producción de Elías Querejeta con las tendencias estéticas y argumentales que caracterizaban a aquel gran productor. Es una obra de la que ya se ha dicho todo y que aunque obviamente resulta parsimoniosa en algunos momentos no pierde el interés que se halla concentrado especialmente en la belleza pictórica de sus imágenes y en la hondura psicológica de los momentos de ensoñación sobre la película "El doctor Frankestein" que dará lugar a un momento especialmente impactante en la película. Las niñas protagonistas realizan un trabajo muy inteligente y lleno de matices y la estimada Teresa Gimpera ofreció aquí una imagen completamente nueva y muy alejada de la sofisticación que poseian sus personajes anteriores como por ejemplo la cantante de "Las estrellas están verdes" aunque no obstante ya había hecho algún papel dramático que combinó con sus habituales despliegues de elegancia. También hay que destacar a esa maestra que interpreta Laly Soldevila en una colaboración tan brillante como en ella era habitual. Esta película no roza la perfección pero presenta alicientes considerables. También colaboró en el reparto el cineasta Miguel Picazo cuya segunda película fue coescrita por Víctor Erice, que demostró grandes aptitudes como creador. La música de Luis de Pablo resulta muy agradable. Es una obra que alterna la sencillez con la complejidad y que explora los miedos y las curiosidades infantiles con delicadeza.