Un puesto de trabajo y ocho candidatos dispuestos a hacer todo lo posible por conseguirlo, desde someterse a un método tramposo y eliminativo en donde aprecerán lo mejor y lo peor de ellos. ESe es el argumento de este sorprendente film, verdadero alegato sobre el individualismo y la feroz competencia en el ámbito laboral, que no hace más que reafirmar los efectos de un capitalismo salvaje en el mundo.
Con un prodigioso guión adaptado de la obra teatral, el film básicamente nos irá enseñando estas pruebas eliminatorias por supuesto, en las que los candidatos irán sacando sus garras y pisarán cabezas sin dudar siquiera en el otro. A partir de estas pruebas se desprenden las más sentidas humillaciones, los desprecios más notorios y la competencia más acérrima y pareja.
Este es el trabajo más preciso y justo de ese muy buen cineasta que es Marcelo Piñeyro, luego de algunos film en los que se véia bien su capacidad para dirigir actores y para la puesta en escena, aquí todo es redondo, mejor imposible.
En gran parte se debe al hábil guión de este y Mateo Gil y los impresionantes actores que le ponen el cuerpo y el alma a sus tán difíciles roles. Como las mejores interpretecaiones se destacan un soberbio y cada vez mejor actor Pablo Echarri; una cautivante y sugerente Najwa Nimri llena de una energía extraña y sexual diríamos, que hace de su Nieves una perra tan volátil como apreciable; un especatcular Eduard Fernandez, quién se lleva los mejores diálogos y un excelente, excelente, Ernesto Alterio, que gran actor es este tipo realmente, su rol, el más dificil y contradictorio. Digno también es el aporte de Natalia Verbeke, evitando todo maniqueismo y ridículo de su personaje. Más minutos hubiera preferido para los geniales Adriana Ozores ( prodigiosa su escena con Noriega) y Carmelo Gómez y menos protagonismo al arrogante e insoportable Eduardo Noriega.
Sorpresa si las hay en estos días, verdadera critica al sistema empresarial y gran entreteniemiento.