Buena animación al viejo estilo, con exquisitos fondos pero deficiencias en la expresividad de los personajes, para una peli que si bien comienza cargadita de tópicos lacrimógenos, se desarrolla de forma interesante e incluso a ratos divertida y tierna.

Hasta que llega el momento budista, al mediar el metraje, y la sensible historia de los niños desamparados en busca de su lugar en el mundo, se torna un panfleto budista milagrero al más puro estilo de las viejas producciones franquistas españolas, llegando al punto en el que se comienza a temer que aparezca Pablito Calvo dándole pan al Buda que sustituye al Joaquín Blume del crucifijo.

Buen comienzo, mejor desarrollo, pero con un final apestoso cargado de mensajes religiosos fuera de lugar, aburridos, y que desmerecen totalmente el conjunto. Solo recomendable hasta su mitad, a menos que seas de esos que se rapan la cabeza, se ponen túnicas naranja sin querer suministrar butano, y van tocando las narices a los transeúntes al ritmo del hare Krishna, hare rama.