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Cuba Cuba · Guanabacoa
Kingo rating:
9
Documentary. War "Nanking" tells the story of the rape of Nanking, one of the most tragic events in history. In 1937, the invading Japanese army murdered over 200,000 and raped tens of thousands of Chinese. In the midst of the horror, a small group of Western expatriates banded together to save 250,000 -- an act of extraordinary heroism. Bringing an event little-known outside of Asia to a global audience, "Nanking" shows the tremendous impact ... [+]
Language of the review:
  • es
April 9, 2009
32 of 37 users found this review helpful
Más de 200.000 asesinatos y más de veinte mil mujeres violadas en seis semanas, desde bebés a ancianas. Un asqueroso record. Esvásticas sirviendo para proteger a inocentes. No, no es una ficción, que pasó en realidad. Una competición a ver quien corta antes cien cabezas de personas maniatadas. Un nazi jugándose la piel a cada instante por proteger la vida de miles de inocentes. Bebés atravesados por bayonetas. Ninguna manera de evitar los asesinatos más crueles. Embarazadas violadas a las que luego las mataban cotándoles los senos, abriéndolas en canal desde la vagina hasta sacarles el feto, y miles de salvajadas que incluso cuestan imaginar.

Excelente documental este, en el que actores prestan su voz a la lectura de las tremendas cartas de los europeos que vivieron in situ la masacre, con una sobrecogedora y monstruosa documentación fílmica de los hechos y desgarradores testimonios de ambos bandos: por un lado los relatos de algunas víctimas, que consiguen remover el estómago y triturar el corazón a partes iguales; por otro lado, los de los verdugos ya ancianos que aún se pavonean y vanaglorian de lo que hicieron, riéndose mientras narran sus repugnantes andanzas. El odio que generan es dificil de explicar.

Una hora y media de horror, repulsión, e incluso terror, en la que se explica uno de los episodios más sanguinarios y monstruosos en toda la historia de la humanidad. Quien lo vea y no sienta compasión, asco, tristeza infinita, o una rabia monumental, mejor que recoja sus cosas y se largue al monte a vivir lejos de los demás.

Y aunque el final, donde se narra qué fué de de aquellas PERSONAS (si, con mayúsculas), y se comenta lo mismo que Tavi en su crítica (que en Japón aún hay cientos de miles que ponen en duda que aquello sucediese), se obvía un dato escandaloso: el Hirohito de los cojones dió la orden de que se matase a todos los prisioneros de guerra, y fué su tio Asaka quien tenia el mando de las tropas que hicieron tal carnicería. Pero ninguno de los dos fué juzgado en el Tribunal de guerra de Tokyo (un juicio paralelo al de Nuremberg), y ambos lograron morir de viejos a cuerpo de rey, en lugar de colgar del cuello de una soga muchísimos años antes. Cosas de los EEUU y la madre que los parió, que no dudaron en absolver a los verdaderos matarifes por cuestiones igual de atroces (la unidad 731).

En estos tiempos soeces, en los que la ignorancia y la incultura campean a sus anchas e incluso en lugar de ser cuestión de verguenza son motivo para presumir, se agradece que se hagan documentales como el que nos ocupa, donde se recuerda a miles de personas que sufrieron desorbitados martirios injustos. Altamente recomendable como el documento histórico que es, pero desaconsejado para corazones demasiado sensibles, por su propio bien.
Kingo
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