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October 16, 2017
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¿Qué más se podía decir de Leatherface y su familia? Generalmente, las secuelas de terror reciclan la historia base y la "actualizan" agregando nuevos personajes y situaciones. Pero sin duda las últimas películas de la saga de La masacre de Texas (Texas Chainsaw 3D y Leatherface) se atreven a ir un poco más allá y redondear a los personajes. A la distancia, la cinta original dirigida por Tobe Hoper se centraba en unos jóvenes asesinados por una familia caníbal, y eso era todo, quizá por los recursos económicos no se pudo crear un mundo más amplio, sobre todo, se sentía un poco esa necesidad porque no se nos presentaban más que pinceladas de lo que eran estos personajes.
No fue sino hasta que en 2013 empezaron a cuestionarse ¿por qué Cara de cuero asesinaba?, ¿quiénes eran los integrantes de su familia? ¿tenían algún tipo de vínculo afectivo? En fin, preguntas que abrieron una brecha más amplia y actualizaron, por fin, la franquicia.
En Leatherface acudimos a una especie de western moderno, donde la policía da caza a los pacientes de un psiquiátrico que más bien parece una sucursal de los hostales de Eli Roth. Esa es básicamente la premisa. En el medio nos encontramos con la cuestión de quiénes realmente moldean a Cara de Cuero, por qué pasa de ser un joven aparentemente no violento (quien incluso rechaza la violencia) a una máquina de carnicero. Esas preguntas que si bien no nos las hacemos, se agradece que sean respondidas de manera coherente y sin perder el estilo ni de la franquicia ni de sus directores, que ya se conviertieron en dignos representantes del nuevo horror francés.
No fue sino hasta que en 2013 empezaron a cuestionarse ¿por qué Cara de cuero asesinaba?, ¿quiénes eran los integrantes de su familia? ¿tenían algún tipo de vínculo afectivo? En fin, preguntas que abrieron una brecha más amplia y actualizaron, por fin, la franquicia.
En Leatherface acudimos a una especie de western moderno, donde la policía da caza a los pacientes de un psiquiátrico que más bien parece una sucursal de los hostales de Eli Roth. Esa es básicamente la premisa. En el medio nos encontramos con la cuestión de quiénes realmente moldean a Cara de Cuero, por qué pasa de ser un joven aparentemente no violento (quien incluso rechaza la violencia) a una máquina de carnicero. Esas preguntas que si bien no nos las hacemos, se agradece que sean respondidas de manera coherente y sin perder el estilo ni de la franquicia ni de sus directores, que ya se conviertieron en dignos representantes del nuevo horror francés.