Vayamos con lo bueno, tiene razonables medios, Noomi es una actriz capaz y... Como suele ocurrir en el mundo moderno, el guión es una auténtica basura. No es que tenga unos flecos colgando, cuelga un poco de guión de los flecos.
Noomi Rapace adopta con entusiasmo un papel enloquecedor en el que -solo porque al guionista le dio la pedrada y le pareció molón- hay siete hermanas iguales en un mundo que sigue la ley china del hijo único... Punto... Ahí se acaba todo el desarrollo. El guionista estaba plantando un abeto en el WC y se dijo "joer, pero que idea más güena se ma ocurrido"... Pero, como decía Brandon Sanderson en un curso de escritura, "las ideas son baratas". Es así, plantar una idea está sobrevalorado, las hay a miles, y se repiten. Es cierto, la idea puede ser particularmente esplendida (no es el caso), pero sin un desarrollo no sirve de mucho. Una gran idea no hace una gran historia (además, no es el caso) pero un buen escritor si que puede hacer tolerable una mala idea (no, tampoco es el caso).
Así que esta idea normal, es desarrollada con un guión insoportablemente estúpido hacia la nada. Intenta abusar del drama, pero ni con esas. Intenta las peleítas y el pinpanpun, pera nada te llega. Incluso pretende sorprenderte, pero cuando llega la sorpresa tú ya estabas esperándola hace una hora.
En resumen, una película de esas en que es extremadamente fácil señalar al culpable, en este caso los culpables: Max Botkin, Kerry Williamson. Les deberían retirar el lápiz y darles unos azotes. Chicos malos, muy malos.

PD: Decir que especialmente Glenn Close hace un ridículo espantoso, con lo genial que fue en Las Amistades Peligrosas y... ¡Qué papelón!... Bienvenida al club de actores que cambian pelis por un bocadillo de mortadela... que horror.