Cuando Johnny Weissmuller se puso fondón y sus películas de Tarzán no atraían a nadie, se puso una chaqueta de cazador y pasó a interpretar a Jungle Jim, también en la selva africana y con un chimpancé llamado Tambo. No daba gritos ni nadaba peleando contra cocodrilos, pero por lo demás era igual, era el rey -civilizado- de la selva, vivía con un mono, usaba cuchillo, lidiando con los indeseables que aparecían por su jungla.

Este filme de la franquicia, creo que el nº 12, se rodó en 7 días en uno de los ranchos que rodean Los Ángeles, donde también rodaban películas del oeste. Le ponen un par de palmeras de pega y tirando. Historia extraña, con un doctor loco que experimenta con los animales en su origen, y un tipo gigante llamado Killer Ape que mata a la gente más bien por torpeza que por intención. Una selva de fantasía, con chicas vestidas de polinesias, bailando danzas inventadas, con árabes que no se sabe que hacen ahí ... un producto muy mediocre, un telefilme malo por vocación, aunque no lo fuese.