La ví en su estreno en Barcelona. No parecía de Ivory, era demasiado posmoderna para este director, lo cual era un reto para él y para los espectadores; pero el reto resultó fallido. Los pisos estaban caros en Nueva York, así que si te echabas un novio/novia con piso pues tenías donde vivir, y de eso va. Y de quitarse los novios. Un mundo de artistas ochenteros, de moral liviana pero no tanto (tipo "Tigres de papel") en la que destaca únicamente una infrautilizada Bernadette Peters, interesante y versátil actriz, como se pudo ver en "Dinero caído del cielo".

La película es muy irregular y fallida, y queda como un experimento raro de Ivory. Lo suyo no eran los posmodernos, eran los prerafaelitas.