Así se hacían estas cosas en los 80. Sin cortarse un pelo. Hacemos una película que copia el "Zombi" de Romero por la cara y le fusilamos hasta la música. Con un par. Y como "Holocausto caníbal" ha llamado bastante la atención, ponemos lo de "caníbal" en el título a ver si cuela. Y sacamos unas escenas selváticas para dar ambiente, con tomas de animales descuejeringados incluidas. Lo mismo hasta están robadas de alguna otra película canibalesca de la época, a saber. Y aunque se trate de una coproducción italoespañola que canta a macarrones con chorizo a tres pasos, nos ponemos nombres ingleses para darle más empaque al tema, así Bruno Mattei "firma" como Vincent Dawn. Ahí lo tienes. El caso es que el despliegue de caradurismo es tan desvergonzado que hace hasta gracia. Y aburrirte no te aburres. Hay acción, aunque esté rodada a lo cutre. Hay escenas gore bastante brutas, aunque los efectos especiales sean impresentables. Hay mensaje político-social y todo, presentado de forma no muy sutil pero bueno, ahí está. Y un desenlace apocalíptico y sangriento como mandan los cánones del subgénero. Y una escena con un gato zombi que no puedes evitar desojonarte de risa al verla.
Es mala con ganas, pero divertida es un rato. Un clásico de la serie Z, como han dicho otros por aquí.