Primero, hay que decir que son dos capítulos y eso es cojonudo, sin harturas ni extensiones aburridas y artificiales. La puesta en escena y la ambientación son impecables. El ritmo narrativo es ligero, concreto y lineal (sin flash-backs, ni narradores paralelos). Todo un logro, teniendo en cuenta el tema. Los actores y las actrices (pocas) son excelentes (gana en VO, sobre todo cuando se trata de las traducciones de la Biblia al alemán). Quizás se echa de menos alguna cuita política entre los príncipes sajones y el emperador, pero los autores eligieron centrar la trama en la lucha interna y en la pelea teológica del líder de la Reforma contra la Iglesia Católica y contra las indulgencias. Además de la única batalla en la que aniquilaron a los anabaptistas, dura y cruel. Nada que objetar. A mí me ha gustado y es estupenda para sacudirse un poco el polvo de series americanas.