Precioso cuento medieval, con todos los signos del cuento popular. Aquí tenemos a Caperucita y el lobo, pero con la religión por medio. La naturaleza y la obra del hombre aparecen por doquier mencionados y sobre todo mostrados: iglesias de piedra, dicen que hay en algún sitio; construcciones de madera; el fuego que se enciende y se aviva, con el que comienza este relato cinematográfico y que puede simbolizar emociones humanas como la envidia, el odio y la venganza. El agua, por último, purificadora.

Lo mejor: La segunda mitad de film. Queda en mi memoria el papel de Max von Sydow. También el de Gunnel Lindblom.

Lo peor: Nada reseñable. Por decir una nimiedad... que Ingrid profese creencias paganas. No sé si era necesaria esa dualidad entre cristianismo-paganismo.