Todos esperábamos la nueva película del director de esa agradable sorpresa que fue Distrito 9 para confirmar que se había producido el advenimiento de un nuevo pope de la cinematografía de sci-fi.

Y cada cuál tendrá su opinión, pero me temo que somos muchos los que nos hemos llevado una decepción. Elysium es flojilla, tirando a rutinaria. La enésima vuelta al mesías que se alza de entre la mayoría pobre contra la minoría privilegiada. No hay ni un soplo de originalidad, ni un sólo detalle que rompa el hastío de lo mil veces visto. Los detalles del exo-esqueleto, la conexión máquina-cerebro para guardar datos o las camillas milagrosas también se han visto en decenas de películas anteriores.

Blomkamp intenta repetir los ambientes marginales que tan buen resultado le dieron en la anterior película, pero aquí acaban por aburrir. Ese Los Ángeles de favelas, pobreza y desolación parece la fotocopia de tantas y tantas películas (no necesariamente futuristas) que ya hemos visto antes. A veces parece que Damon se ha colado en Ciudad de Dios o en Amores perros. O incluso en el propio decorado de Distrito 9.

Pero es que Elysium resulta aún menos creíble. Esa estación espacial ¿voluntario? homenaje a 2001 es tan artificial como insulsa. Y Jodie Foster firma uno de esos papeles alimenticios que las estrellas hacen a desgana para pagar facturas.

El arranque es bastante prometedor, dentro de lo que cabe, pero cuanto más avanza más se va cayendo la historia, sumergida en lo previsible, lo inverosímil y lo aburrido.

Con todo se nota el estilo Blomkamp en el manejo de la cámara y en ciertos detalles que intentan elevar el nivel. Pero no son suficientes para levantar el vuelo ni para rescatar una película que estaba llamada a ser mucho más pero se queda en un bluff.

Y, como casi siempre, tengo que criticar la escasez presupuestaria. Se nota demasiado que los dólares escaseaban y que había que administrarlos. En películas de este tipo o tienes pelas o tienes imaginación.

Y en Elysium no abundan ninguna de las dos cosas, por desgracia.