"This is where I ended up, this is where I'm meant to be".

Past Lives es el destacadísimo debut de Celine Song como guionista y directora. Nos cuenta la historia de Nora, su vida marcada por la migración y por las vidas posibles que decisiones de esa envergadura (nuestras, de nuestros padres) nos pueden dar o quitar. En este marco, el reencuentro de Nora con un amigo de la infancia nos adentra en el relato de un cuasi triángulo amoroso: sin dramatismos baratos, honesto, adulto, doloroso.

La estructura de la película se siente poco convencional. Se desenvuelve de manera delicada, pausada, sutil, como exige la historia, con una cámara de planos largos y movimientos lentos. Sí, aún se puede hacer cine así. La edición del cine comercial contemporáneo no respeta la mirada (literal) del espectador; Past Lives no solo respeta, también invita, pregunta y escucha. Y así nos sumerge minuto a minuto.

Destaca la escasez de diálogos frondosos y con ello la importancia del sonido ambiental y la música (esencial en algunas escenas), ambos muy bien logrados. Así, las conversaciones más largas -reflexivas, profundas, cálidas, contradictorias, humanas- se convierten en pequeñas obras mayores, para ver una y otra vez.

Past Lives es del tipo de drama romántico que en el fondo más hondo no nos habla sobre romance y amor. Nos habla sobre la vida, la existencia, la condición humana y su absurdo: al mismo tiempo tremendo, maravilloso y abrumador. Y eso la hace una película grandiosa y esencial. Un regalo al alma. Porque en verdad no existen "past lives" ni habrá otras vidas después. Porque "aquí es donde terminamos, donde se supone que estemos". Y porque esta película maneja esa reflexión con espesor y maestría.

@gretamalav en Letterboxd