Acercarse a "The Signal" sin saber de qué va el argumento es lo que yo consideraría la forma idónea de verla. No saber nada, absolutamente nada, dejarse llevar y arrastrar por este extraño guión escrito a tres manos y que demuestra una capacidad narrativa extrañamente versátil. The Signal es, simplemente, una cinta donde una señal comienza a emitirse en los medios de comunicación y la gente empieza a volverse loca y a matarse entre ella. Punto.

No se dan explicaciones, no hacen falta. Pasa lo que tiene que pasar, se mezcla con paranoia, se añade un poquito de gore y una ambientación post-apocalíptica. Este híbrido da como resultante una de las películas de Ciencia-Ficción/Terror/Humor negro más estimulantes de los últimos años. Una obra dividida en tres actos, siendo el segundo de ellos el mejor sin ninguna duda. Hay tiempo para todo, gags negros de cojones, una BSO cuidada, una buena fotografía y unas interpretaciones fantásticas. ¿Giros finales? No, ninguno. Raro, ¿verdad? Pues así es The Signal. Un híbrido fantástico, tremendamente original y que merece la pena desde el minuto uno hasta el último. Es la versión harcore de The Happening, pero sin aburrir, sin ser absurda y sin necesidad de estrellitas de Hollywood para hacer taquilla.