Película que me recuerda mucho a “El mundo de George Apley”, pero en vez de ser Boston el bastión a ser defendido, en este caso en Saint Louis, más al Oeste y con un toque más tradicional de provincias.

El encanto de Judy Garland es invisible para mis ojos en esta secuencia cinéfila. Por mucho amor que le tuviera Minnelli, los ojos de la Garland ya destilaban tranquilizantes a borbotones. Transmite mal rollo.

Sin embargo, me encanta la auténtica protagonista del film: Tootie. Desde cualquier ángulo está sublime, con unos diálogos siderales, así como unos registros impresionantes. Curioso que el polo opuesto en edad, su abuelo, sean los que sostienen el film para que no sea un mero pasear por la vida y costumbre de una ciudad de MIssouri en los albores del siglo XX.

La escena de las lámparas es la nota original de la película, regalo de reyes del director. Por lo demás, al no ser un amante del musical, dejo de ser objetivo. Pero soy amante del arte, y esta película no me ha producido nada.